martes, 3 de julio de 2012

La luna

Llego cansado de mi primer entrenamiento del verano, no ha sido excesivo, solamente hace mella el tiempo de resguardo estudioso. Me preparo mi batido antes de que sea demasiado tarde para mis músculos, y antes de que tenga que estar arrepintiéndome todo el día de mañana al no poder llegar a rascarme la oreja. La piscina me espera. con mi vaso lleno y un delicioso aroma a frutas tropicales acompañándome, me voy introduciendo poco a poco hasta que el agua inunda el último resquicio de mi pelo. Pienso: "esta fría", pero me gusta que esté fría, saco la cabeza y allí está, mirándome, como cada noche de verano. Cualquiera diría que me posee herodes mirándola de esa forma, embobado, no, no es la palabra, nostálgico, puede. Me ha susurrado ¿qué añoras? yo rápidamente he contestado a su pregunta: recuerdo aquellas noches de vacaciones, bañándonos en la oscuridad, jugando a ser silencio cuando eramos más que ruido, intentando que el agua no delatara nuestros movimientos, por supuesto sin éxito; andando hacia el fondo sabiendo que el agua pronto tocaría nuestros riñones y nos  provocaría ese sonido con la "s" que emanamos cuando algo esta frío, caliente, o nos duele, pero a su vez nos gusta. Probablemente no fuera lo único que añoraba, seguía teniendo frío, sin duda, echaba de menos ese calor que desprendes cuando corres, y del que deseas desprenderte cuando entras en el agua. ¿curioso? mucho; resulta que cuando tenemos calor deseamos el frío, y cuando estamos en el frío intentamos entrar en calor. así somos, estamos tan preocupados por el futuro que no somos capaces de disfrutar el presente. Probablemente no me daba cuenta de aquello que sucedía en las noches de verano y ahora lo echo de menos. Pienso que paso demasiado tiempo pensando en lo que pasará mañana, en 3 años o en 5, en vez de disfrutar de lo que está pasando ahora. No está demás alzar la mano por encima de los ojos cual capitán que eres de tu barco y mirar lo que se avecina pero no te eternices pues corres el riesgo de encontrarte con la luna y que te pregunte ¿qué añoras? y te des cuenta de los maravillosos momentos que tuviste, que jamás volverás a tener, y que no disfrutaste. así que hoy he decidido que prefiero no pensar en lo que puede pasar y pasará, y disfrutar de lo que está pasando, así, cuando pase aquello en lo que no he pensado, podré decir algo así como que he vivido mi vida y la he disfrutado.

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