domingo, 2 de octubre de 2011

Al borde de la muerte

Hay millones de formas para que una persona se, dicho coloquialmente, "vayan al otro barrio" y aunque algunas pueden llegar a ser escesivamente crueles o dramáticas, otras, se caracterizan por su estupidez más absoluta ¿A caso nadie se ha atragantado jamás con un filete?. Día a día y sin darnos cuenta nos encontramos con millones de problemas que solucionamos con éxito pero que llevados de una mala forma podrían causarnos la más absurda de las muertes. Hoy, como podéis observar, me encuentro mucho mejor y quiero contaros una escena muy interesante de mi vida en la que estuve al borde de la muerte...
El otro día quedé con una amiga, Carmela Walker, para tomar un café, hablar de proyectos y de paso contarnos un poco nuestra vida en estos últimos días; una vez en el centro comercial decidí que debíamos buscar el foot looker, o como coño se escriba, para comprarme unos pantalones que necesitaba; todo es genial: llegamos a la tienda, selecciono los pantalones que quiero y me dispongo a entrar en el probador cuando, derrepente , la "cajera" interrumpe mi paso y dice, ¡no puedes probártelos ahora! deberás esperar un segundito; la mujer parece agobiada, cualquiera diría que su compañera se lo estaba montando con un elefante de peluche gigante en el vestuario al más puro estilo "la cosa más dulce", pero ese no era el problema, la mujer me aclara que alguien se ha descalzado y huele un poco mal. Decido esperar unos minutos bajo la acechante mirada de Carmela e Irene que tenían cara de "estamos hasta el coño" (con perdón por la expresión) e intimidado por sus rostros desafiantes decido que lo mejor es pasar al probador a probarme los pantalones, no sin antes avisar a la "cajera" y pedirle una talla más de uno de los pantalones; entro...entro y casi no salgo ME CAGO EN LA PUTA  jamás pensé que algo, una parte del cuerpo de alguien pudiese oler de tal forma; ese olor maligno salido de las garras de un ser infernal se había incrustado en las paredes, en el suelo, en todos los lados y decidí salir para coger aire y entrar a probarme los pantalones corriendo. No fue una buena decisión, cuando el aire se agotaba decidí respirar con normalidad y entonces lo sentí, fue como una terrible patada en los cojones, el olor era aún peor y la mujer no llegaba con los pantalones "¿Estas vivo?" preguntó la "cajera" y contesté como pude "siiiii...", entonces me entregó los pantalones, me los probé y salí corriendo cual actriz de película de terror escapando de un violador... Vi la muerte, la vi en cada milímetro de aquel probador, jamás pensé que podría morir de mal olor pero estuve apunto de caerme al suelo y encima el dolor de cabeza por el olor me duró toooda la tarde; lo que realmente me reconfortó fue que la mujer me dijo " no te quejes, imagina como vivirá su pobre madre..."
Así que ya sabéis chicos, la muerte os acecha en cada esquina... estaros atentos y, por favor, lavaos siempre que vayáis de compras...
En serio ese olor era de otro mundo era como una bomba fétida con olor a pies en vez de a mierda, todavía la recuerdo y me da... pfff...pensé que lo peor que me podía pasar era morir resvalándome en el descapotable de Jeyko rodando el videoclip de mojito pero no, esto lo ha superado...

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