domingo, 18 de marzo de 2012

Tiempo de despedidas...

Una vez escribí una canción a un amigo que decía algo así como " cuando todo es ideal, cuando te sonríe la vida, es cuando llega el final, es tiempo de despedidas" y la verdad, no me faltaba razón.
En estas dos semanas he tenido que despedirme de muchas cosas muy importantes para mi y, por desgracia, de forma obligada y no voluntaria. Supongo que es ley de vida, o de muerte, según se mire. Las etapas, como las personas, nacen y mueren, y este es el final de una corta pero intensa etapa de mi vida.
Es una pena que estas cosas sucedan y más cuando, inconscientemente, llevas mucho tiempo esperando. Es como la persona que supera los 80 años, poco a poco te haces a la idea de que pronto tendrá que partir, pero cuando lo hace antes de lo que piensas, duele no haber podido/sabido disfrutar todo lo que tenías y haber dejado cosas por el camino.
Como  con todo lo negativo yo siempre intento sacar una parte positiva o al menos una enseñanza y, esta vez, no ha sido menos. Cuando vives sumergido en un mar, cansado de sus gentes, de sus conchas, caracolas o sirenas y no tienes más remedio que continuar allí te sientes mal, agobiado, enfadado y confuso, sueñas con salir a la superficie e incluso, temerariamente, te permites enfadar al rey del mar tentando a la suerte de ser desterrado para siempre. Pero, nadie dijo que ser humano fuera fácil, y, cuando sales a la superficie y tienes lo que quieres, empiezas a plantearte el querer bajar al mar aunque el rey ya no te quiera en su reino.
De esa pequeña reflexión sacad vuestras propias conclusiones...
Este pequeño sirenito se marcha a descansar pero, aunque con dos piernas, sueña con encontrar otro mar donde poder volver a nadar.

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